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¿Las normativas gubernamentales sobre emisiones hacen inevitable la electrificación de las flotas?

Cómo las normativas gubernamentales sobre emisiones están fomentando la adopción de vehículos eléctricos para el futuro del transporte.

Geotab Team

Por Geotab Team

25 de mayo de 2022

5 minutos de lectura

Cartel Madrid Central

Hay muchas razones para considerar el cambio a una flota electrificada. Puede que tenga que ver con el compromiso por reducir la huella de carbono de la flota o con el posible ahorro de costes que supone la adopción de vehículos eléctricos. Sea cual sea, hay otra razón que las empresas con flotas deberían empezar a considerar: los vehículos eléctricos han llegado para quedarse.

 

En un esfuerzo por combatir el cambio climático, los gobiernos de todo el mundo han empezado a poner en marcha iniciativas concretas que afectarán al funcionamiento de las flotas, que pueden ir desde la restricción de zonas por las que se puede circular en un vehículo de combustión interna hasta la prohibición de la venta de este tipo de vehículos. Sin embargo, los gobiernos no solo se están centrando en estrategias para disuadir del uso de vehículos de combustión interna, sino que también están buscando formas de fomentar la adopción de vehículos eléctricos a través de incentivos.

 

Estas iniciativas se están implementando en todas las administraciones y varían considerablemente dependiendo de la región que se trate, por lo que es importante que todos los propietarios o equipos de gestión de flotas se informen sobre la normativa y los incentivos específicos aplicables. 

En este artículo, te ofrecemos un resumen general de los tipos de iniciativas que se están poniendo en marcha en todo el mundo, y aunque la mayoría de ellas no sean aplicables actualmente, es probable que lo sean en el futuro.

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Reducción de las emisiones mediante la eliminación de los vehículos de combustión interna

Una de las políticas gubernamentales más ambiciosas que se está aplicando consiste en reducir paulatinamente la venta de vehículos nuevos de combustión interna. Hasta la fecha, más de 30 países (artículo en inglés) han anunciado que pretenden descartar progresivamente los vehículos de combustión interna y exigirán que el 100% de las ventas de vehículos nuevos sean de cero emisiones para 2040 o antes. También hay numerosas ciudades, estados y gobiernos regionales que han asumido el mismo compromiso (artículo en inglés).

 

La Unión Europea presentó el paquete de medidas "Objetivo 55" en julio de 2021, en el que propone una serie de disposiciones para establecer objetivos de reducción de las emisiones de CO2 para 2030; un 55% para los coches y un 50% para las furgonetas. Esta propuesta legislativa solo permite comercializar vehículos de cero emisiones a partir de 2035 y, por lo tanto, requiere una gran expansión de los vehículos eléctricos en los próximos años.

 

Algunos países de la UE han fijado objetivos aún más ambiciosos, como es el caso de los Países Bajos. La política climática holandesa exige que todos los vehículos ligeros de pasajeros nuevos cumplan con la normativa de cero emisiones para 2030. 

Mejora de la calidad del aire mediante la restricción de zonas en las que se puede circular con un vehículo de combustión interna

Una estrategia diferente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es la creación de zonas en las que está restringido o prohibido el uso de vehículos de combustión interna. Estas zonas se denominan zonas de cero emisiones, de aire limpio o zonas urbanas con acceso restringido y ya se están poniendo a prueba, principalmente en Europa. 

 

Las zonas de cero emisiones suelen delimitarse en los centros urbanos con mayor densidad de población, más propensos a sufrir los efectos negativos de la contaminación del aire sobre la salud. Dependiendo de cada programa, solo los vehículos de cero emisiones pueden circular por estas zonas o los conductores tendrán que pagar una tasa o multa. Un ejemplo de esto puede verse en Londres, Inglaterra, que cuenta con dos zonas de emisiones diferentes: una zona de emisión baja (LEZ, siglas en inglés) y una zona de emisión ultrabaja (ULEZ, siglas en inglés). Cada zona tiene sus propias restricciones en función de la clase de vehículo, pero los vehículos que no cumplan con la normativa tendrán que pagar una tasa de hasta 300 libras (360 euros) al día por circular por la zona de emisión baja, más 12,50 libras (15 euros) adicionales al día para acceder a la zona de emisión ultrabaja. Si las tasas no se pagan en el plazo previsto, los conductores tendrán multas adicionales.

 

Estas tasas tendrían un impacto significativo en los resultados económicos de cualquier empresa con flotas que opere en tales zonas. Por suerte, pueden evitarse utilizando únicamente vehículos eléctricos.

Consecuencias para los fabricantes de vehículos

Las restricciones a los vehículos de combustión interna no solo afectan a las personas que quieren comprarlos, sino también a los fabricantes. Actualmente, casi todos los grandes fabricantes ofrecen al menos un modelo de vehículo eléctrico y algunos van más allá.

 

En los últimos años, muchos fabricantes de vehículos han declarado que únicamente producirán vehículos eléctricos (artículo en inglés) en un futuro próximo, entre estas marcas se pueden citar: Bentley, General Motors, Cadillac, Honda, Jaguar Land Rover, Mercedes-Benz, Volkswagen y Volvo. Mientras tanto, otros fabricantes se han fijado metas ambiciosas, como Hyundai Motor Group, cuyo objetivo es lograr que los vehículos eléctricos representen el 20% del total de las ventas de Kia en Corea del Sur, América del Norte y Europa para 2025.   

 

Como en cualquier mercado, la oferta y la demanda ayudarán a determinar la dirección general de lo que esté disponible, mientras que la demanda de vehículos de cero emisiones no deja de aumentar.

Preparación de la infraestructura de una red de puntos de carga

Un aspecto importante para la adopción de vehículos eléctricos es garantizar la disponibilidad de una infraestructura de puntos de carga adecuada. Para ello, algunos gobiernos exigen la instalación de equipos de carga o la posibilidad de instalarlos en el futuro.

 

Por ejemplo, para cumplir sus objetivos climáticos, Alemania ha aprobado una normativa por la que todos los edificios nuevos no residenciales deberán disponer de al menos una estación de carga a partir de 2025 (también se incluyen los edificios históricos), y estos requisitos no se aplican solo a los edificios no residenciales. Como anunció la Comisión Europea (artículo en inglés) en diciembre de 2021, parte de los edificios residenciales, tanto de nueva construcción como reformados, deberán estar equipados con puntos de carga para vehículos eléctricos o la infraestructura necesaria para instalarlos. Por ejemplo, en el caso de edificios con más de tres plazas de aparcamiento, deberán tener una preinstalación del cableado en cada plaza para que los propietarios puedan instalar fácilmente un punto de carga en un futuro.

 

Estas dos iniciativas no solo fomentan la adopción de vehículos eléctricos, sino que también ayudarán a optimizar el funcionamiento de los mismos. Tanto si se trata de establecer una red de puntos de carga en ruta como de facilitar que un empleado pueda cargar el vehículo de su empresa en casa, cuantos más equipos de carga haya disponibles, mejor. 

Incentivos para la electrificación de la flota

Aunque se están introduciendo muchas normativas destinadas a reducir el uso de vehículos de combustión interna, también se están poniendo en marcha una serie de iniciativas positivas para fomentar la adopción de los vehículos eléctricos. Existen numerosos incentivos financieros disponibles, incluidos descuentos y beneficios fiscales, para comprar un vehículo eléctrico. Los gobiernos municipales y las empresas de servicios públicos pueden subvencionar el coste de la instalación de los equipos de carga u ofrecer tarifas eléctricas especiales para la carga de vehículos eléctricos, respectivamente. Además, en algunos países (artículo en inglés), los vehículos eléctricos están exentos de pagar tasas de estacionamiento o se les conceden descuentos en los peajes.  

 

Aparte de estos programas, hay muchas razones por las que las empresas con flotas deberían empezar a estudiar la incorporación de vehículos eléctricos. En las circunstancias adecuadas, los vehículos eléctricos tienen un coste total de propiedad significativamente menor y pueden suponer un ahorro importante durante la vida útil del vehículo. Reducen la contaminación acústica (artículo en inglés) y los humos nocivos, lo que puede contribuir a mejorar la salud de los conductores. Además, ofrecen importantes ventajas medioambientales.  

Ve un paso por delante en la curva de aprendizaje

Si bien nadie puede saber con seguridad cómo será el futuro del transporte, es importante que las empresas con flotas empiecen a considerar proactivamente su electrificación y estar al tanto de las próximas normativas para tratar de aprovechar los incentivos disponibles.   

 

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